jueves, 28 de diciembre de 2017

Momentos Estelares




  En estas fechas, que los bípedos consideran alegres, pese al mal tiempo y el frío que me congela las garras, anda mi amo leyendo otro de esos libros raros y anticuados que tanto le deleitan los tiempos muertos. En este caso, los "Momentos Estelares de la Humanidad" de un tal Zweig. 

 Es propio de la especie de mi amo considerarse superior a todas por designio divino o lógica científica, según sea la moda de cada época. Así como pensar que sus grandes momentos, tan numerosos como subjetivos, son de una magnitud cósmica. Se nota que no miran mucho el cielo nocturno y meditan sobre su tamaño, pero no les voy a quitar la ilusión de protagonismo universal si tanto gusto les provoca. Un gato soporta su papel en el devenir de las cosas, pero un humano caería en la depresión absoluta si supiera su escasa importancia, más allá de servirnos y limpiar nuestra caja de arena.

  Esta lista de 14 momentos estelares, como cualquier lista de cosas realmente intrascendentes, no tiene mucho sentido. Es pura subjetividad del autor. En este caso, un conocido escritor de la primera mitad del siglo XX, que en la última década ha tenido cierto resurgir de su obra, pues su estilo claro y la temática de su obra resultan modernos hoy en día. Sin embargo, Zweig fue un escritor que acabó suicidándose en pleno carnaval brasileño, así que me imagino que su obra no es, precisamente, un ejemplo de alegría existencial. Desde luego, se sentía uno de los últimos humanistas europeos y, en sus tiempos de triunfo nazi y stalinismo en apogeo, era lógico su pesimismo sobre el futuro de la cultura y la libertad de pensamiento. Como para suicidarse si te va el dramatismo. Yo, desde mi punto de vista felino, le considero un tremendista, por pensar que los frívolos humanos se tomarían más en serio el mal camino que el bueno. El que es un veleta lo es siempre.

 Su lista es interesante, con momentos, en mi opinión, bien escogidos y de amplia aceptación, como la caída de Constantinopla, y otros, los mejores, son de su única y egoísta elección, sin importar nada su escaso valor histórico; como la creación del Mesías de Händel (debía gustarle mucho) o cuando Dostoievski se salvó de ser fusilado, porque parece que era su escritor favorito. Por no hablar del episodio intrascendente de Goethe. Pero bueno, es su lista de momentos estelares y si no les gusta, hagan la suya. 

Por otra parte, es una obra muy recomendable si son humanos deprimidos en estas fechas navideñas. Te da la sensación de sentirte parte de una especie escogida y heroica, protagonista de grandes momentos.  
 No soy tan malo para quitarles la ilusión.