martes, 25 de noviembre de 2014

El queso y los gusanos: el cosmos según un molinero del siglo XVI



 He aquí un libro singular que he leído los últimos días y que me afianza en mi teoría de que la humanidad necesita ser regida por felinos inteligentes como yo.
 En esta obra, Ginzburg hace una descripción minuciosa del proceso inquisitorial, más bien dos procesos separados por 15 años, que sufrió un molinero de la comarca de Friuli, al noreste de Italia, a finales del siglo XVI.
Nos presenta un hombre de escasa cultura, debido a su nacimiento en un pueblo rural, pero de agudo intelecto y que se define a sí mismo como "filósofo, astrólogo y profeta". Un molinero que sabe escribir y leer, que ha viajado a Venecia y comprado libros allí, que no sabe latín, pero ha leído la biblia traducida y otros libros tan diversos como el Decamerón, la Divina Comedia, el Corán y el Florilegio de la Biblia. Un hombre solitario por sus ideas, pero querido por su comunidad, siempre dispuesto a echar una mano, pero también a polemizar con cualquiera sobre lo que no se debe polemizar, que a la edad de cincuenta años, en 1584, es denunciado a la Inquisición por el párroco de su pueblo, acusado de hereje y, lo peor para él, por levantar dudas en otros sobre el dogma de la Iglesia. Se llamaba Domenico Scandella, pero todos le llamaban Menocchio.
 Ante sus asombrados jueces, Menocchio, vestido con su traje blanco de molinero, disertará sobre las creencias que ha ido construyendo a lo largo de su vida, sin miedo al castigo, como ilusionado de encontrarse por primera vez con gente culta, como siempre había deseado, una gente con la que poder discutir. Desgraciadamente, pronto descubrirá que unos inquisidores no resultan ser los mejores contertulios.
Sobre todo si les dices que el universo se originó de una materia informe, como un queso, y de él salieron Dios y los ángeles, como si fueran gusanos. Nada surge de la nada, dice Menocchio, que resulta ser un materialista, así que Dios tuvo que crear el mundo de algo que ya existía: el famoso queso cósmico, que hace las funciones de caos primigenio. Luego se embala, ajeno al peligro: Jesucristo fue un hombre, nada más, la Trinidad no existe, es un invento de "curas y frailes", como los Evangelios, que son otro cuento; el alma muere con el cuerpo, es la conclusión más racional, aunque para pasmo de los inquisidores luego afirmó que hay paraíso (¿por miedo?); la Virgen, bueno, de virgen tenía poco, es absurdo pensar que se puede ser virgen después de parir; los musulmanes, cristianos y judíos vienen a ser lo mismo, cada uno tiene las costumbres de su pueblo y todas son válidas porque Dios es uno para todos; estamos hechos de los cuatro elementos de los antiguos griegos, pero el fuego es el principal (Menocchio es un seguidor de Heráclito aunque seguramente no conozca al filósofo griego) ...
 No es de extrañar que lo condenarán a pasar la vida en la cárcel. Comparar a Dios con un gusano era para poner a los inquisidores echando fuego. Si no le condenaron a muerte fue porque quizá les pareció un loco fantasioso.
 Pero dos años después consigue salir, por buena conducta y diligencias de su hijo mayor.
 Desgraciadamente, quince años después vuelve a ser detenido. Todo había cambiado para el viejo molinero: su mujer había muerto, su hijo mayor también, el resto de hijos lo tomaba por loco y apenas trataban con él, mucha gente lo evitaba por haber estado en prisión, se ganaba la vida tocando la guitarra en las fiestas... pero seguía pensando lo mismo, no se había rendido. 
 Esta vez apenas le preguntaron, fue directamente llevado a tortura para saber si conocía a más que pensaban como él, pero no delató a nadie, siempre afirmó que eran sus fantasías. Solo nombró a su señor feudal, con quien había hablado hacía tiempo de esas cosas. Los inquisidores ya no preguntaron más para no meterse en líos con la nobleza. Si Menocchio lo hizo aposta, le salió bien. Le dejaron en paz, pero en prisión.
Desgraciadamente, era un prolapso, un reincidente y no había más destino que la ejecución. Aunque el inquisidor que llevó el proceso sintió clemencia por un reo tan singular y escribió a la Santa Sede sobre el posible perdón, la contestación fue clara: según la documentación era un ateo, que es peor que ser hereje, incluso se menciona que el mismo Papa se había fijado en el asunto. Así que la justicia debía seguir el proceso. Por aquellas fechas se estaba juzgando a Giordano Bruno, y tal como dice Ginzburg, se daba ejemplo a las clases altas con Giordano y a las bajas con Menocchio.
El pobre molinero y tocador de guitarra fue ejecutado. Tenía 67 años.
 Ginzburg hace un estudio pormenorizado de las creencias de Menocchio gracias al proceso inquisitorial. Concluye que son la muestra de un sustrato de creencias rurales muy antiguo, materialista y práctico, ajeno a dogmas y teologías, y por tanto contrario al modelo de los poderes establecidos. En el caso de Menocchio, los  mezcla con invenciones de su cosecha, sacadas de sus lecturas y curiosidad por el mundo, creando una cosmogonía singular y a ratos disparatada. Una curiosidad unida a una locuacidad que lo llevaron a la muerte. Porque, para desgracia del extrovertido Menocchio, no nació en una época y en un lugar que aceptase las fantasías librepensadoras... ni en los molineros.
 Lean este libro, considerado ya un clásico de la historia. Viajen con Ginzburg por la comarca de Friuli, la mente de Menocchio y el asombro de sus inquisidores.
 Aclara muchas cosas sobre la condición humana.







lunes, 27 de octubre de 2014

Nuevos pensamientos sobre publicar en Amazon



 Anda mi amo un poco contradictorio de ánimo. A veces, se alegra; otras, se desespera, y hasta se lamenta. Tales reacciones no dejan de ser un comportamiento normal en humanos decadentes de mente limitada, pero esta vez la causa no es la típica neurosis existencial, sino los resultados de sus publicaciones en ese universo paralelo llamado Amazon.

 Ha comprobado que la gente lee lo que escribe, que incluso puntúa y critica bien sus desbarres literarios. Pero las descargas legales lo dejan perplejo. Su novela ha tenido muchas más que su antología de cuentos, que apenas ha tenido un número de descargas testimonial,  pero se habla mucho más de ella que de la novela. Alcanza cotas numerosas de opinión favorable, gente que pincha que la ha leído en un número centenas de veces superior al de las descargas legales, se ha convertido en todo un pequeño éxito... bucanero. 

 Así que nos encontramos con esta curiosa paradoja. Si en Amazon tu obra es poco comentada, aunque tenga buenas críticas, las descargas legales abundan a sus anchas, dentro de un claro nivel de autor indie, por supuesto, pero son hasta agradables, no cesan y pasados unos meses se cuentan por centenas. Sin embargo, si tu obra tiene cierta fama y aparece en algún que otro top, el pirateo se convierte en la principal fuente de acceso a ella. Surge tanta oferta filibustera que bajarse la obra en descarga legal resulta más bien un ejercicio de bondad hacia el autor. Y la bondad no es una virtud que se extienda por contagio.  

 Triste imagen del mundo humano, comenta mi amo, mientras cruza los dedos para que su novela no se haga tan famosa como su antología de cuentos y el pirateo la apabulle. Pero los felinos sabemos desde hace mucho que tal imagen no es triste, que es simplemente la única que ofrece su especie. 

En fin, si se limitara a darme atún, sería mucho más feliz.


viernes, 26 de septiembre de 2014

Marte de colores



Llega el otoño, esa estación de hojas rumberas y altas ventas de antidepresivos. Como gato casero que soy, me importa un bledo la bajada de temperaturas, siempre y cuando la calefacción no se apague y mi amo me permita usar su cuerpo como colchón calentito por las noches. La gata con la que comparto territorio ya ha asumido que el amo es mi calefactor personal y se limita a dormir a sus pies, sin intentar desplazarme de su barriga. Es un paso para que me caiga más simpática, pero le queda mucho camino.  
 Respecto a los libros que ando leyendo, acabo de finalizar un clásico de la ci-fi de los 90 que tenía pendiente, "Marte Rojo", de  Kim Stanley Robinson

 De esta novela se habló mucho y bien, incluso Arthur. C. Clarke llegó a decir que era la mejor novela escrita sobre Marte. Realmente es la primera novela de una trilogía y se nota, pues su final acaba dando a entender que la historia sigue y... bueno, tampoco es que me haya dejado ganas de leer cuanto antes las otras dos novelas para saber como sigue. Lo acabaré haciendo, pues soy un animal que le gusta acabar lo que empieza, pero, en este caso, sin prisas. 

 No es una mala novela, ni mucho menos. Nos cuenta la primera fase de la colonización de Marte, en un futuro cercano. Desde luego, el autor sabe de lo que escribe y sus conocimientos de la geografía, la geología y la posible terraformación marciana son notables y entretenidos de leer. Evita caer en el pedantismo y lo que describe no sufre el error de la disgresión, tan típica de las novelas de ci-fi: explica cuando es necesario, no para rellenar.

Es una obra coral,  y la diversidad de puntos de vista me gusta. No rehuye hablar de los problemas políticos, económicos, sociales y hasta ecológicos que implican la colonización de un planeta. Pero se centra más en los problemas morales que les surgen a muchos colonos de la primera oleada, los "primeros cien", un grupo principalmente compuesto de científicos más o menos idealistas, donde destacan algunos personajes.

 El resultado de la colonización de Marte es bastante previsible, si se conoce un poco al ser humano: en pocos décadas se monta un pifostio de notables dimensiones... y no cuento más. Solo que el Marte Rojo va a perder color. 

 Vaya, se pensarán algunos, si es una buena novela, además bien documentada, que no se corta en tratar ningún tema relacionado con la colonización de un planeta...  ¿en qué te falla, gato exigente?
 Pues en que, por algún motivo, no me engancha su lectura. Quizá la mezcla de acción, divulgación científica, teoría político-social, romance más una pizca de intriga no me cuaja bien, por simple exceso de mezcla. Por otra parte, me sobran algunos personajes, que parecen puro relleno, y otros, que los quiero ver más, de pronto, la palman. Además la mitad de la novela es un flash back que ya sabes como va a acabar, un recurso narrativo que no me gusta personalmente. En fin, se me hace larga, un pecado casi imperdonable para un gato. 

 Leeré las dos siguientes novelas (Marte Azul y Marte Verde) sobre esta saga marciana para hacerme con una visión clara de toda la historia. Puede que cambie el sentimiento agridulce que me invade si valoro todo el conjunto. Aunque una lata de atún haría el mismo resultado sin perder tiempo.  

Como curiosidad, esta novela y sus continuaciones sirvieron de inspiración para crear la ¡¡bandera marciana.!!



miércoles, 13 de agosto de 2014

Bocaditos en la red: Sangre de Hermanos




 Les presento un libro curioso que ha leído mi amo estos días y que yo también he ojeado llevado por mi curiosidad felina.
Es una de esas obras de autores noveles que aparecen en Amazon, novedosas y frescas de temática,  muchas de las cuales se pierden en los anaqueles infinitos de su depósito antes de poder valorarlas como se merecen... y esta lo merece.
 Sandoval nos presenta una historia de dos hermanos, más bien hermanastros, dentro de una España que entra en la I Guerra Mundial en el bando aliado por capricho de Alfonso XIII.
 Sí, es una ucronía, una novela histórica en un contexto que nunca ocurrió en realidad. A muchos  echan para atrás estos escenarios, tan alejados de la "realidad histórica", sin pararse a pensar que en las novelas históricas todo es ficción o no serían novelas. Además, las ucronías suelen necesitar de mayor elaboración que una novela histórica para no caer en el despropósito y parecer verosímiles.
 "Sangre de hermanos" parece creíble, otra cosa es que los dos hermanos alcancen por igual, cada uno en el contexto en el que vive, una preeminencia exagerada. Pero son los héroes de la novela y se puede perdonar.
 Nos encontramos con dos novelas en una, que son las vidas de cada hermano, que pocas veces se mezclan  aunque haya continuas referencias de una a otra. Por una parte, el hermano arquetípico del héroe popular: valiente, seguro de sí mismo, seductor y conductor nato de masas. Por otra parte, el hermano maquiavélico: un Fouché con suerte, frío, manipulador, ambicioso y cruel si es necesario.
 De fondo, una amplia gama de secundarios que son un reflejo de la España de la época y una guerra mundial donde el español C.E.R. (Cuerpo Expedicionario Real) se enfrenta a los alemanes desde principios de la contienda y va tomando conciencia de su propia fuerza, mientras en España se suceden una serie de problemas que transformarán por completo el país.
 Es una obra que entretiene, con grandes momentos (por ejemplo, la aventura del hermano maquiavélico en Lisboa), pero que pienso, felinamente, que con algún episodio menos todavía mejoraría más, sobre todo en ritmo, pero al ser una primera obra se comprende que el autor peque de exceso. 
 Está muy bien escrita y se nota que la prosa se ha puesto a madurar con tiempo. El estilo es depurado, con vocabulario de la época, aunque con tendencia al leísmo, que no sé si se debe al origen madrileño del autor.
 Dice un proverbio chino: "tipo sin sonrisa mejor que no ponga tienda". Por lo que muestro mi sonrisa más felina y mimosa para que no dejen pasar una de esas joyas que se ocultan en la red y que solo las vacaciones veraniegas sacan a la luz para leerlas sin prisa.
He aquí el link
 En este Agosto de centenario de cañones y trincheras, toda una recomendación original para recordar la España que pudo haber sido y no fue hace cien años. No dejen que el pozo sin fondo de Amazon se la trague, pues merece su humano tiempo.
   



 .

domingo, 6 de julio de 2014

Mi amo insiste: "Cuentos de Artifex"






 Ya ven, mi amo le ha dado por publicar otro libro, para pasmo del mundo. Lo pueden bajar aquí, por el precio absurdo de 1,02 euritos.
 Es una recopilación de sus cuentos que los editores caritativos de la Antología Artifex le fueron publicando en la década pasada. Hay de todo y la fantasía absurda de mi amo es el hilo conductor. 

Les pongo un resumen del contenido:

 “El hombrecillo de la Maceta”: Premio Domingo Santos. Las andanzas de un liliputiense urbano y su atolondrada casera. 


“Desde el tercer círculo del Infierno”: Finalista del premio Ignotus. Un capitán de la Guardia Civil, fallecido en acto de servicio, nos describe su viaje por un infierno dantesco bastante animadillo.

“En una bañera cualquiera”: Finalista del premio Ignotus. Una Space Opera en un universo muy peculiar.


“Barrotes Celestiales”: Caen misteriosas jaulas del cielo que atrapan a las personas. Un detective está dispuesto a descubrir el misterio.

“El buey de Domicio”: El buey de un centurión retirado empieza a soltar profecías, para desespero de su dueño y pasmo del imperio romano.

“Huitzilopochtli Tonight”: Mención especial en el Premio Melocotón Mecánico. ¿Quién no quiere ser sacrificado en el concurso más exitoso de la historia?.

“Al-Iksir”: En plena batalla de Estalingrado, un grupo de soldados alemanes se ve metido en una extraña misión.

“Una valla en la eternidad”. Finalista del premio Ignotus. La Santa Compaña se encuentra con las obras de una autopista en su eterno camino por el paisaje gallego. Nada bueno puede pasar de semejante encuentro.


En fin, una amplia variedad de argumentos y desbarres muy propios de la mente atolondrada de mi amo. Espero que les guste el menú, yo paso, que nada hay que supere una buena lata de atún.

martes, 6 de mayo de 2014

Cañones de Agosto



 Reconozco que las guerras de los humanos me divierten sobremanera. Nunca las entendí bien, aunque creo que son una consecuencia lógica de esa costumbre que tienen de tomarse poco en serio la muerte de su semejantes, sobre todo si no hablan su lengua y son de otro país, más todavía si es el país que tienen al lado. Porque si hay algo que no soportan los humanos, que presumen de especie social y solidaria, es que a sus vecinos les vaya bien... o simplemente existan.
 En este libro de tamaño ajustado, que nunca cae en la monotonía, con una prosa ligera y cargada de un sutil humor a pesar del tema, Barbara W. Tuchman nos cuenta el primer mes de lucha de la I Guerra Mundial, más bien el primer mes y medio. Puede parecer poco tiempo, pero es el que decide que el resto de la guerra sea un continuo batir de cañones sobre las trincheras.  
 Tuchman no es historiadora, pero investiga como tal, con profundidad en las fuentes y testimonios de la época. Por esta obra recibió el Premio Pulitzer, que los humanos respetan mucho, y yo empiezo a hacerlo. Es una obra realmente notable que me afirma en mis convicciones de que el ser humano necesita ser tutelado por los gatos o acabará extinguiéndose.
 Aparte de narrar las dudas de los días anteriores a declararse la guerra y los movimientos iniciales, Tuchman se fija en la personalidad de las figuras militares y políticas de este mes, y las añade como una causa de lo que ocurrió esos días de movimientos y ataques constantes.
 Nos presenta a unos generales franceses que basan todo en la idea de "offensive au outrance" (ofensiva a ultranza), pensando que un montón de gallardos garçons de brillantes pantalones rojos, avanzando con la bayoneta calada, van a expulsar a los alemanes de Europa entera. El resultado es que empiezan a morir a miles frente a las ametralladoras germanas. Pero siguen insistiendo durante semanas.
 A unos generales alemanes concienzudos y detallistas, que como se retrasen en el meticuloso plan de avance un par de días ya empiezan a ponerse nerviosos. Además, no entienden la resistencia de los belgas a ser conquistados y achacan los ataques aislados a sus soldados por parte de la población civil a un plan de las autoridades belgas, por lo que empiezan a fusilar alcaldes... y luego a los hijos de los alcaldes. Su mente prusiana y disciplinada solo piensa que los "rebeldes" reciben órdenes "de arriba". Al final, considerando que los retrasan demasiado en su amado plan y que los belgas se comportan como "bárbaros", empiezan a fusilar aldeas enteras. 
 Luego están los generales ingleses, que cruzan con su pequeño ejército de apoyo el Canal de la Mancha, pensando en volver a cruzarlo cuanto antes. Se niegan a obedecer al mando francés y parecen unos invitados que no encuentran sitio hasta que se topan con los alemanes en su avance y solo piensan en pelear para que no les corten el camino de vuelta al Canal. 
El remate son los generales rusos, que avanzan sin movilizar sus ejércitos del todo, y tras unos éxitos iniciales debidos a la sorpresa, sus mal preparados ejércitos, carentes hasta de vodka, son machacados sin piedad en los bosques de Prusia Oriental por la apisonadora germana, hasta provocar el suicidio de uno de ellos antes de dejarse capturar. Pero cumplen lo pactado con Francia. 
Y la definitiva son los generales austrohúngaros, totalmente incompetentes frente a los pocos pero iracundos serbios y frente a los desordenados pero numerosos rusos, que los vencen sin piedad. 
Caso aparte, digno de un libro propio, es la aventura del crucero alemán Goeben, que tras escapar de la flota inglesa del Mediterráneo y entrar en Estambul,  su tripulación se "nacionalizará" turca sin pedir permiso y empezará a bombardear con su nueva bandera las ciudades rusas del Mar Negro. Lo que impulsará de forma definitiva la entrada de los turcos en la guerra. 
 Al final, en el frente occidental los ya cansados ejércitos alemanes serán parados en el río Marne, cerca de París, por un ejército transportado por los taxis de la capital, y deberán retirarse a posiciones más seguras, sumidos en la depresión más germánica por no cumplir los plazos de su refinado plan de avance. 
 Así comenzaba la locura de las trincheras, que muy pocos esperaban que fuera a pasar, porque si en algo estaban los dos bandos convencidos, quitando algún escéptico como lord Kitchener, es que aquella guerra no llegaba a la Navidad. Por eso se apuraban para conseguir la gloria y avanzaban, chocaban y morían en un torbellino de órdenes y contraórdenes. Para al final acabar clavados al suelo. Típico de los humanos. 
 No me extraña que a Moltke, Jefe del Alto Mando Alemán, le acabase dando un ataque de nervios a mediados de Septiembre y tuviera que ser relevado. Se daba cuenta de lo que se avecinaba. 

En fin, un libro totalmente recomendable para estas fechas de aniversario de la I Guerra Mundial. Aunque no entiendo la manía de los humanos en conmemorar las matanzas que se hacen entre ellos. Debe ser costumbre en las especies sociales y solidarias.
  








viernes, 4 de abril de 2014

Los viajes de Tuf



 Acabo de leer una obra de ciencia-ficción que me ha gustado hasta la punta de mis bigotes. Al fin un autor coloca  a los felinos en el lugar debido, como guías y ejemplo de la especie humana. 
 El autor es el conocido George R. R. Martin, famoso hoy en día por sus juegos de tronos, espadas y  rubias con dragones. Pero antes de dedicarse a la literatura de fantasía y a la buena vida de escribir un libro cada tropecientos años, Martin fue un buen escritor de ciencia-ficción. Sobre todo un gran cuentista, como demuestra en "Los Viajes de Tuf".
Imaginen una nave que mide 30 kilómetros de largo, llamada Arca, que es un laboratorio genético capaz de crear cualquier criatura conocida o por conocer. Tripulada solo por un mercader espacial llamado Tuf, de dos metros de altura, gordo, calvo, vegetariano y misántropo, acompañado por un grupo de traviesos gatos. Uno de los felinos es un telépata que ayuda con sus ronroneos a que Tuf sepa lo que piensan sus clientes.
 El primer capítulo, uno de los mejores, nos cuenta como Tuf  llega a ser el propietario de la gigantesca nave, mientras que los siguientes son cuentos enlazados donde Tuf , con la ayuda de su gato telépata y el apoyo del resto de traviesos gatos, soluciona " a su manera" los problemas de los diferentes clientes que se encuentran por la galaxia.
 Se puede considerar un libro de cuentos, pues la mayoría de capítulos son historias autoconclusivas, aunque hay un hilo conductor que es la relación de Tuf con un planeta muy peculiar, donde la gente no para de reproducirse porque su religión así lo demanda.
La imaginación de Martin, no hace falta decirlo, es rica y desbordante, con un alto grado de humor, pero en este caso no tan lenta y cubre páginas como en su famosa saga fantástica. No se excede en descripciones prolijas. Además, pienso que en esta obra los diálogos son más chispeantes, en los cuales destaca la ironía fenicia de Tuf hacia sus clientes. Por lo que en mi opinión, aunque parezca herejía, en esta obra poco conocida su pluma brilla todavía más que en el posterior mundo de Westeros.
Por cierto, en uno de los cuentos hay un planeta de señores feudales, lleno de aristócratas orgullosos, emblemas y símbolos, que parece anunciar su futura saga. Aunque en este caso las diferentes casas nobles están obsesionadas con la lucha de animales estrafalarios en un gran coliseo.
  Es evidente el cariño que Martin siente por los gatos, lo que denota una gran inteligencia y sensibilidad, así como el afecto que siente por el personaje de Tuf, quizá un alter ego exagerado y cómico del autor, ¿pero qué personaje no tiene algo de su autor? Desde luego, si es así, Martin debe ser un tipo muy singular.
  En definitiva, una obra que todo dueño de gatos debería leer para darse cuenta del ser superior que habita con él. Y el que no tenga gatos, también, para que espabile.




domingo, 9 de marzo de 2014

Decadencia orgullosa


 En estos días en que vuelve el sol por donde vivo, después de tres meses exiliado tras las nubes, me paso mucho más tiempo en la terraza, absorbiendo el calorcete entre mis pelos, antes de que vuelva otra de esas ciclo-gili-génesis petardas que lo mojan todo.
 Aprovecho la tumbona para leer cosas curiosas del fondo bibliotecario de mi amo. Ya saben que es un friqui de la Historia Antigua y coleccionista de obras griegas y romanas. Muchas de ellas son más plomizas que una visita al veterinario, pero siempre te puedes encontrar joyas escritas en un estilo que hoy llamaríamos moderno y repletas de tramas entetenidas, cotilleos malvados y héroes de capa y espada. Una de ellas es la "Historia" (así, a secas) de Amiano Marcelino.
 El tal Amiano era un oficial de alto rango del ejército romano de la segunda mitad del siglo IV. Época abundante en eventos convulsos, trágicos, traicioneros y conspiratorios, que anuncian el desmadre bárbaro del siguiente siglo. Poco más se sabe de su vida, excepto que era griego, aunque escribió su obra en latín.
 El título tan corto ya anuncia su estilo: sencillo y directo, pero no tonto ni burdo, porque Amiano escribe de una manera clara y agradable, que invita a seguir el hilo de su historia, que salta de un lado a otro del imperio según considere que hay algo que vale la pena contar.
 De su obra se conserva poco, por desgracia y por costumbre en las obras clásicas. Solo los últimos 25 años de su Historia (353-378), que comprendía unos 300 años más. Una pérdida irreparable, pero los pocos años que quedan son los que él vivió en persona y además repletos de aventura, intriga y ambiciones desmedidas.
 Amiano conoció a todos los emperadores de ese periodo, de los que habla con una imparcialidad notable, describiendo sus pocas virtudes y muchos defectos: Al paranoico y astuto Constancio, al cruel y cantamañanas Galo, al idealista y anticristiano Juliano, al severo e iracundo Valentiniano, al apocado pero intrigante Valente, al eficaz Teodosio. A todos los conoció y estuvo cerca de ellos. También a otras figuras de la corte imperial y de las tribus bárbaras, a las que respeta y nunca menosprecia.
 Nos describe juicios en los que estuvo presente y también torturas a testigos y ejecuciones con una dureza que llega a lo terrible, pero que denota que no eran más que una costumbre de la época, que acepta sin más. Pero Amiano no es cruel,  es solo un hombre de su tiempo y tiene su corazoncito: Es justo y siempre denuncia las injusticias y abusos de los poderosos cuando se valen de su cargo;  desprecia la continua intriga de los aristócratas alrededor de su emperador, en una lucha de egoísmo casi darwiniano por el poder que provoca la erosión del imperio; denuncia la constante falta de visión general de la gente en altos cargos, que no se da cuenta de la fragilidad del imperio que todos quieren dominar.
 Amiano también es curioso y se hace preguntas sobre el mundo que lo rodea. En medio de su historia suelta disgresiones sobre la naturaleza, que nos muestran a un soldado de muchas lecturas en su tienda de campaña. Nos habla de sus ideas sobre lo que son los terremotos, de los que da varias explicaciones, que van desde inundaciones subterráneas a tempestades que entran bajo tierra. De lo que es el Arco Iris, que explica correctamente. De las costumbres de pueblos bárbaros que conoce o sabe de oídas, a los cuales respeta, aunque sean tan salvajes para su cultura grecorromana como los hunos que "nunca desmontan de su caballo"
 Amiano cree en el imperio y sabe que está en peligro, que los bárbaros que lo desean ocupar son una ola que no cesa y que sus fronteras no son el dique infranqueable que publicitan en la capital. Lo sabe porque pelea con su unidad de caballería en las orillas del Eufrates, bajo un sol implacable, y en las frías riberas del Danubio; participa en la conquista y defensa de ciudades y fortalezas, en retiradas nocturnas donde se juega la vida, pierde amigos y conocidos, ve como un emperador, Juliano, muere en batalla y oye de primera mano como a otro, Valente, le pasa lo mismo... es exacta hasta la crudeza la descripción que hace de la muerte de un tercer emperador, Valentiniano, debida a un ataque cardiaco provocado por un arrebato de ira, tras oir una respuesta de un embajador bárbaro.
 Amiano estuvo allí, en primera línea de los hechos, y a través de sus ojos nos va mostrando el destino fatal del imperio, que se niega a aceptar, y que tuvo la suerte de no ver, pues murió poco antes de que los bárbaros cruzasen el Rin para siempre.

 Les dejo una muestra de su estilo. El final de su obra, cuando el viejo soldado calla para siempre:

"Viejo soldado y griego de nación, he hecho cuanto he podido por desempeñar bien mi cometido; presentando mi trabajo al menos como obra sincera, y en el que la verdad en ninguna parte, que yo sepa, se encuentra alterada o incompleta. Que cuenten lo demás otros más jóvenes y sabios, a los que aconsejo que escriban mejor que yo y eleven el estilo."

  A un tipo así seguro que le gustaban los gatos.

martes, 4 de febrero de 2014

La saga de Tschai




 En estos días de invierno, donde ha llovido todos los días del mes de Enero sobre Galicia, en un claro intento del clima por afianzar sus tópicos, se me ha ocurrido recordar viejos clásicos de la literatura de Ciencia-Ficción. Pero no los grandes clásicos conocidos por el lector general, sino los que podíamos llamar latentes: grandes obras, poco pretenciosas en origen, que se han conservado en el imaginario de sus lectores y se han convertido poco a poco, con el paso de las décadas, en clásicos de primer orden, recomendados pese a su sencillez o falta de trascendencia en un principio.
Un ejemplo claro es el Ciclo de Tschai de Jack Vance.
De Vance hay textos y obras de referencia de sobra, así que solo me centraré en este ciclo, escrito a finales de los sesenta y principios de los setenta, cuando nació el tarambana de mi amo.
Como pequeña sipnosis, decir que Tschai es un planeta al que va a parar un explorador espacial, Adam Reith, ejemplo de héroe americano capaz de resolver cualquier entuerto. En el planeta viven cuatro razas alienígenas a cada una de las cuales el autor dedica un libro. Pero, para sorpresa de Adam, también hay seres humanos.
A lo largo de las cuatro obras del ciclo, Adam irá conociendo a esas cuatro razas y a los humanos que viven en el planeta, ya sea como seguidores o esclavos de alguna de esas razas o como pueblos libres. Hará amigos y enemigos, será hecho prisionero y liberará pueblos de la esclavitud, cruzará estepas, oceános y desiertos, viajará por las profundidades cavernosas del planeta y por su cielo, tendrá amoríos y batallas, conocerá civilizaciones únicas y costumbres absurdas... no busquen filosofía, es pura aventura y acción, pero es también pura maravilla de principio a fin.
El estilo de Vance es sencillo y claro, poco amante de florituras, propio de la novela de aventuras, pero no es nada burdo. Describe en una página lo que, por ejemplo, Martin tarda en siete en su saga de tronos incómodos. Pero lo hace con el mismo poder evocador. Un estilo conciso que no necesita más palabras que las que emplea para meter al lector en un escenario de aventuras bien enlazadas y de un ritmo trepidante. No es space opera al uso, es un estilo único difícil de encuadrar, que le da una singularidad especial.
Desde luego, no es una lectura trascendente, pero tiene lo que cualquier lector busca en una obra de aventura y pocas consiguen, ya sean de piratas, monstruos o de naves espaciales: es muy entretenida y engancha. 
 Acompañas sin aburrirte a Adam y el par de amigos dispares que se hace (un joven de las estepas y un fugitivo hombre-dirdir) en su deambular de aventura en aventura, mientras buscan una nave para salir del planeta y se encuentran con una variada clase de personajes secundarios, la mayoría hostiles o de poco fiar, pero todos interesantes y curiosos.
Les aconsejo esta saga felinamente. Las portadas de arriba son de la edición española de los años ochenta, muy difícil de conseguir hoy en día y no ha habido reediciones. Pero en la red es fácil encontrar la saga completa para su descarga. Una obra que es una buen camino para empezar a conocer a este escritor tan singular.
Quizá sea un sentimental, pero no hay lectura mejor que la de un planeta lleno de aventuras, mientras ves como la lluvia golpea la ventana hora tras hora.  

martes, 7 de enero de 2014

Un mes en Amazon



  Ya ha pasado un mes desde que mi amo publicase su novela en Amazon. Así que pienso que ya puedo analizar un poco los efectos del estropicio. 
 En primer lugar, decir que publicar un libro digital en Amazon es una buena plataforma para darse a conocer, de las mejores. El problema es que es solo eso y nada más. Si quieres dinero rápido para un Ferrari, vuelvo a repetir que nada mejor que atracar un banco.
 Un ejemplo de la experiencia vale más que mil palabras: El libro de mi amo estuvo dos días (Nochebuena y Navidad) gratis para el público. En esos dos días tuvo unas 250 descargas del total de 300 que lleva en un mes. Fue el libro más descargado de la sección de "acción y aventura" esos dos días y llegó a estar séptimo en el top 10 de descargas de todos los libros de Amazon en el día de Navidad. Fue un éxito de golpe, solo por ponerlo gratis, sin avisar, y en dos días de festividades mundanas y familiares que suelen alejar a la gente de la red. Pero fue volver al precio de 1 euro el día 26 y bajar al puesto tres mil de descargas... ¡a las pocas horas!
 Ahora mismo, el libro de mi amo tiene una o dos descargas al día, aunque ya empiezan a aparecer días sin ninguna.
 Se pueden deducir varias cosas de semejante experiencia:
 1.  En Amazon.es que te descarguen 100 unidades al día ya te pone en el top 10, al menos en Navidad.
 2. En Amazon.es se descargan libros digitales a cientos cada hora. El 90% son de la sección de descarga gratuita.  
3. Hay verdaderos profesionales al pie del cañón a la espera de las ofertas gratuitas, que difunden de inmediato en blogs y otros medios.
4. Estar en el top, ya sea de un género o el global, produce un efecto de bola de nieve en las descargas. Si el libro de mi amo está un día más en oferta gratuita pienso que multiplicaría por dos el número de descargas. Realmente, no sé cuando pararía esa bola de nieve. Quizá estaría dos o tres días más en el top. Quizá una semana.
5. Amazon.es resulta ser una plataforma ideal para difundir cualquier obra.  Una publicación impresa no creo que llegue a semejantes "ventas" en dos días sin gastos previos en publicidad de una editorial fuerte. Tampoco creo que en otras plataformas digitales se alcance semejante volumen de descargas.

Resumiendo todo: Si publicas en Amazon.es no te haces rico, pero te pueden leer a cientos... incluso a miles.

Y eso ha animado mucho al tonto de mi amo. Ha decidido publicar en los próximos meses una antología de sus cuentos y luego una nueva novela. Ha sido amazonizado por completo. Ahora observa su Kindle como un beato una estampita de la Virgen.
  En fin, podía ser peor. Le podía haber dado por cortarme las uñas.

 Por cierto, ha publicado un nuevo artículo sobre sus personajes secundarios de la Antigüedad. Esta vez un antepasado de un Rey Mago. En el fondo, es un cachorrito nostálgico.