lunes, 8 de julio de 2013

Juegos del Pasado




Heme aquí, tumbado al solete de la terraza, distante de la gata de ojaso tenebroso, que prefiere la frescura del sofá del salón. 
 Dulces días de calor salvajemente gatuno, en los cuales mi amo sufré la temperatura propia de la tierra originaria de mi especie, Egipto, con jadeos, sudores y mal humor hilarante. Yo me deleito viendo su sufrimiento y enfado cómico. Pero no quiero hablarles de mis alegrías de gato doméstico.
 Quiero hablarles de un libro recién publicado por dos conocidos de mi amo. Son Carlos Fernández Antón y Javier R. Rodríguez Rodríguez, más conocidos en el friquimundo de la reconstrucción histórica como Cursor y Cantaber. Dos apasionados de la antigüedad que han publicado el libro cuya portada abre este comentario:

Juegos y Pasatiempos de la Antigüedad

 En él, se describe todo lo conocido sobre los juegos de tablero, dados y fichas con que los romanos, griegos y también los apelucados egipcios distraían sus ratos libres.  
  Desde los primeros párrafos te das cuenta de que los autores son de ciencias de toda la vida. Ningún licenciado en letras soltaría semejante lista de estadísticas sobre la probabilidad de las tiradas y demás aleatoriedades de los juegos. Te deja asombrado, pero también un poco asustado; ya que empiezas a temer que el asunto se encamina hacia el aburrido y aséptico mundo de las fórmulas, columnas y barras. Temes que la amenidad que el tema sugiere se hunda en el mundo de la cifras.
Pero no. El libro va explicando poco a poco, las características de cada juego, las fuentes en que aparece, su duración en el tiempo histórico, sus posibles descendientes y, por último, te explica las normas y lo necesario de los movimientos o jugadas clave. Con prolijidad divulgativa, con dibujos y fotos que no aplastan ni sustituyen al necesario texto y con un orden que hace muy sencillo que se pueda volver a consultar el libro en caso de necesidad. Aparte de una sección de notas a pie de página digna de un libro de investigación. Porque lo es.
Por otra parte, cuando notas que algún juego importante no está apenas detallado, descubres que te invitan a que vayas a un enlace, donde el libro continua en un archivo que permite descarga y, además, te ofrece guardar en pdf una buena selección de juegos de tablero antiguos, en perfecto color y con sus fichas recortables.
  Creo que voy a imprimir el Juego de los Reyes de Ur y palizar a mi sudoroso amo hasta provocarle un ataque depresivo. Pero a la gata no me atrevo a retarla, no, no, que su ojaso fijo en mí provocaría mi derrota por intimidación visual. 
En fin, es un libro más que recomendable para poner en práctica las tardes de verano al sol.  No duden en volver al pasado jugando al Senet, Perros y Chacales, Felix Sex, Calculi y demás juegos de hace más de 2000 años. Descubrirán que el juego une siglos y culturas.
 Uf, qué pedante me ha quedado esta última frase. Debe ser el calor.