viernes, 22 de febrero de 2013

Febrero desde la ventana


 Transcurre plácidamente el invierno, al que veo pasar desde la ventana, envuelto en nubes y truenos lejanos, que se diluyen entre sombras de lluvia.
 Es bonito vivir en Galicia si tienes buenas vistas desde la ventana y eres un gato doméstico que no sale al exterior más allá de la terraza; puedes seguir con ojos golosos el vuelo de las palomas sobre un cielo de infinitos grises, y también, con cierto temor, el planear de las gaviotas, esos bichos proclives a brotes psicóticos que, a veces, se posan en la barandilla del balcón y me miran como un leopardo a un cabritillo. Yo, seguro tras el cristal, siempre les hago una peineta y sonrió con felino sarcasmo.
 Mi amo, por llamarlo así, sigue publicando tonterías en otro blog sobre gente sin interés, aparte de mostrar su orgullo por la salida de otro nuevo número de la revista Stilus, y van diez de este proyecto amateur y algo masoquista. Les recomiendo su lectura si les gusta la Historia de los tipos que llevaban falditas.
 Por otra parte, también les recomiendo una visita a un reino curioso, The  Underwater Realm, donde podrán comprobar que con creatividad y ganas se pueden hacer cortos evocadores llenos de misterio. Han hecho cinco hasta ahora y en cada uno sugieren infinidad de historias. A ver si en alguno sacan un gato.
Les dejo, que tengo mucho que mirar desde mi ventana de vagancia, y mucha gaviota atrevida que cabrear. Recuerden en estos días grises, propensos al aburrimiento, que, tal como decía Erasmo, es de tontos reírse de todo, pero más tonto no reírse de nada.

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