viernes, 31 de agosto de 2012

Aniversario





 Bueno, ya ha pasado un año desde que inicié este blog con mis uñas de felino. Han sido meses de comentarios sobre mi amo, yo mismo y el pequeño mundo que es mi territorio, aparte de alguna que otra cosilla.
 Me lo pasado bien escribiendo este blog, quizá mi amo no tanto leyendo lo que ponía, pero me importa un pelo de cola. Voy a seguir con esto, que todavía no estoy aburrido ni se me han gastado las garras, aunque el teclado lo tenga hecho un ecce homo restaurado. Aparte de que me gusta celebrar cosas con champán y este aniversario es un buen motivo. Sí, como lo oyen, no me miren así, los gatos también bebemos champán y otros líquidos espirituosos. Somos seres inteligentes, después de todo. Pero lo hacemos en privado, para no  tener que invitar a humanos gorrones que no respetan nuestra superioridad.
 Desgraciadamente, es un aniversario con nota triste. La editorial Grupo AJEC, una clásica de la fantasía y ciencia-ficción española en la última década, algunos de cuyos libros he comentado en este blog, y que además se atrevió a publicar la novela de mi amo, la queridisíma AJEC, echa el cierre a sus ediciones en papel. Una pésima noticia.
 Continuarán editando en digital, pero abandonan el formato físico de toda la vida, más costoso y parece que en quiebra de seguidores. Muchos lo culparán a la crisis actual; a una mezcla de banqueros chupópteros, subida del IVA cultural, políticos nefastos que hundieron y siguen hundiendo el país, la competencia de las grandes editoriales y el siempre olvidado pecado original, pero yo creo que la novela de mi amo ha sido una de las principales causas de la desaparición de las ediciones impresas de esta editorial.
 Una cosa es ser un editor valiente y otra un kamikaze. Mi amo tiene mal yuyu, mala baraka o como quieran decirlo en su pueblo. No dudo de que quizá escriba remotamente bien, no soy un humano literato, pero es gafe de narices, ya les iré contando sus episodios nacionales. Como lo pienso, lo digo. Aunque me cueste mi dosis diaria de atún. Y de suerte, los gatos sabemos un rato.
Ojalá su tienda digital siga viento en popa. Se lo merecen, pese a publicar a mi amo.

En fin,  feliz aniversario.

martes, 14 de agosto de 2012

Agosto de galletas metálicas



 Sigue el tiempo "estival" en mi territorio. El día soleado se acompaña de varios nubosos o, directamente, mojados de lluvia perezosa. Pero al menos la temperatura es buena y, al ser gato doméstico, solo me mojo cuando salgo a la terraza a cotillear el vecindario.
Mi amo descansa de sus problemas odontológicos y sigue escribiendo en Tabula biografías de gente perdida en la historia que no importa a nadie. Esta vez le ha tocado a un tirano griego. Si es que la idea de tiranía tira mucho, sobre todo a humanos dominados como mi amo, que padecen las de sus teóricas mascotas.
 También ha estado mirando las Olímpiadas de Londres, ya saben, esa lucha por coleccionar tres modelos de galletas de metal (la de huevo vale más) que enfrenta a los humanos cada cuatro años en deportes extraños que nunca nadie ve, excepto en esos días, pero que producen frustración a raudales si, por ejemplo, a una mujer vestida de lentejuelas psicodélicas se le cae una pelotita  en un baile rarísimo o a un fornido varón se le atraganta el agua de una piscina que pretende cruzar como un poseso epiléptico. 
 Cosas de humanos que nunca entenderé, ni pretendo hacerlo, para no perder mi preciado tiempo gatuno. Ser felino te pone por encima de estas mediocridades absurdas de primates, producto de claros fallos en el proceso evolutivo.Si al menos el premio fuese una caja de suculentos atunes... pero es que dar galletas de metal, qué cutre surrealismo.
 Yo aproveché los días de las galletas de metal para navegar un poco en la red, donde me encontré un blog muy interesante, "El rincón de Koriander", que acaba de ponerse en marcha, para informar y comentar sobre la fantasía y la ciencia ficción. Géneros que me apasionan y que en los últimos meses han sufrido muchas defunciones de webs. Espero que tenga futuro y alegre el triste páramo en que nos hemos asentado.
Vaya, está saliendo el sol entre la invasión de nubes plomizas.  Es un milagro y bendición de los cielos en este verano de pega. Así que aprovecho para irme a la terraza y chupar el solete que pueda. 
 Siento dejarles, pero mi egoísmo felino debe ser satisfecho.
Hasta otra.