martes, 7 de febrero de 2012

Juegos serios como la vida



A mi amo no le avergüenza confesar su afición a los wargames. Ya saben, los juegos de estrategia bélica para friquis históricos, esos tipos raritos que hablan de batallitas olvidadas y que abundan por el mundo más de lo que piensa la gente común.
 Realmente, son como una secta, masculina en su totalidad (lo que me da mucho que pensar), que se reune y comunica en foros y blogs especializados donde se puede desmenuzar la táctica de Aníbal en Cannas hasta límites insospechados en un hilo, mientras en otro se comenta la utilidad de los Panzer Tigre para abrir puertas en las cercas de la campiña francesa, y en un tercero surge una enemistad mortal entre dos generales del mouse, porque en la partida que están echando al "Advanced Tactics Gold" uno ha invadido al otro con sus divisiones blindadas de una forma poco elegante. 
 Y se odiaran mucho, se lo aseguro. Hasta retarse en partidas donde llevarán a la muerte a  miles de fichitas virtuales en campos de gráficos cartográficos, las cuales darán la vida por satisfacer el orgullo de sus líderes.
 Vamos, que al final estos juegos no se diferencian mucho de la historia real de la humanidad. La imitan muy bien.
Por otra parte, hay un apartado en estos foros y blogs que es muy interesante. Son los AAR (after action reports). Resúmenes de partidas entre jugadores o contra un ordenador. En ellos me doy cuenta, desde mi visión gatuna, que hay mucho artista escondido, mucho escritor oculto y mucho genio agazapado que se ha refugiado en estos lugares de friquis soñadores. El amor por el detalle y la historia con que algunos jugadores realizan sus AARs merece una cita en este blog.
Como ejemplo, les enlazo a un AAR, que explica una partida a un juego sobre el siglo XIX. Su calidad artística y divulgativa da verdadero gusto.
Leyendo cosas así, puedo entender mínimamente el gusto de mi amo por estas cosas.

Aunque siempre tendré muy claro que, donde esté una lata de atún, sobran juegos.


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